Descontaminación 

Parásitos + Contaminantes químicos »»» Síntomas patológicos

Propuesta de la Dra. Hulda Clark

         Nos contaminamos con:

  •  Substancias químicas ingeridas o producidas por parásitos, hongos, bacterias y virus como  desechos biológicos o cadáveres.
  •  Ciertos hongos, bacterias y virus presentes por ingestión o mutación.

La teoría de los parásitos

De todas las terapias naturales que hemos podido estudiar, la que más ha llamado nuestra atención es la de la Dra. Huida R. Clark por los motivos que ella misma expone:

*                porque es fruto de largos años de investigación;

*                porque es una terapia que se puede aplicar a la mayoría de pacientes con todo tipo de enfermedades degenerativas

*                porque es asequible a la gran mayoría de niveles económicos

*                porque, según dice la Dra. Clark, si el enfermo sigue exactamente su sistema, terminará curándose rápidamente

*                porque es aplicable también a enfermos terminales.

 

TEORIA CLARK SOBRE LAS CAUSAS DEL CÁNCER, EL SIDA Y DEMÁS ENFERMEDADES DEGENERATIVAS.

 

Causas de la enfermedad

 

La medicina convencional de nuestros días considera que cada tipo de cáncer o de enfermedad degenerativa tiene causas diversas, y además, que cuando se ha formado un tumor, sea éste benigno o maligno, sea linfoma, epitelioma, sarcoma o carcinoma, etc., es necesario destruirlo con quimioterapia, radioterapia o con cirugía, pues esa parte del cuerpo ya no puede regresar por sí sola a su estado normal.

La teoría que nos ocupa dice que todas, o la mayoría de las enfermedades degenerativas, tienen el mismo origen y por tanto todas se curarán de la misma forma, no siendo necesarias ni la quimioterapia, ni la radioterapia ni la cirugía, y que además los tejidos regresarán a su condición normal en un tiempo no muy largo.

El origen o la causa elemental de estos males es la presencia, en el cuerpo humano enfermo, de un parásito y de un contaminante químico (el alcohol isopropílico) al mismo tiempo.

Evidentemente, no es todo tan sencillo, pues se ha llegado a esta conclusión después de años de investigación que han permitido descubrir todos los factores que, estando presentes paralelamente a la causa elemental, hacen que se desarrolle la enfermedad.

El ser humano sano, normalmente, puede albergar en su cuerpo diversos tipos de bacterias, virus, hongos y otras especies de parásitos, pero los mantiene bajo control en el intestino de donde sólo pueden salir al exterior contenidos en las heces. Las cosas cambian cuando el cuerpo se contamina de productos químicos y/o metales pesados. 

El parásito típico se llama Fasciolopsis buskii y el contaminante típico se llama alcohol isopropílico; los estudiaremos por separado. 

El Fasciolopsis buskii 

El Fasciolopsis es un tipo de parásito con forma de hoja de árbol, de la especie Trematodo, y a veces se encuentra por contaminación en el intestino humano.

Un parásito adulto es capaz de soltar millones de huevecillos, aproximadamente unos mil con cada movimiento peristáltico del ntestino, y esto lo puede hacer durante muchos años. Para continuar su ciclo y volverse adulto, los huevecillos deben salir del cuerpo junto a las heces y ser depositados por ejemplo sobre la: hierva o sobre las hojas de un estanque, pasar a un huésped, por ejemplo un caracol, y seguir sus cinco o seis fases de evolución: huevo => miracidio => esporocisto => redia => cercaria => metacercaria => adulto.

Todo esto sucede normalmente cuando el huevecillo sale del cuerpo. Si el adulto se queda en el intestino, lo más que puede producir será una colitis, un colon irritable, una enfermedad de Crohn, o nada, y de ahí no pasa. 

Desde luego éstas no son enfermedades sin importancia, pero no son tan graves como un cáncer u otra enfermedad degenerativa. 

El problema empieza cuando, por los motivos que veremos más adelante, los parásitos se salen de su hábitat «normal» y empiezan a colonizar otros órganos. ¿Cómo sucede esto? Los huevecillos, dado su pequeño tamaño, tienen la posibilidad de traspasar físicamente la barrera de las paredes del intestino y recorrer otros órganos. Por otra parte, los movimientos peristálticos y las pequeñas lesiones que a veces tenemos en el intestino, hacen que los huevecillos microscópicos de estos parásitos pasen al torrente sanguíneo y viajen por el organismo. 

Vía circulación entérica y portal, llegarán al hígado, donde las células de Kupfer en condiciones normales los destruirán, de la misma manera como destruyen y eliminan todos los tóxicos y materiales indeseables o peligrosos que llegan a él. Por este motivo, por un hígado sano no puede pasar ningún parásito ni huevecillo, sino que todo es destruido y eliminado.

La Dra. Clark explica que las cosas cambian drásticamente cuando en el hígado está presente el alcohol isopropílico. La anatomía patológica a través de las biopsias demuestra que en el 100 % de los casos de cáncer de hígado se encuentra presente el parásito Fasciolopsis buskii + alcohol isopropílico. Sería demasiado aventurado pensar que esto es una casualidad: esta combinación de parásito + disolvente es la causa del cáncer. 

“El alcohol isopropílico” 

Es un disolvente derivado del petróleo, que se usa como antiséptico en los cosméticos, en los perfumes, en los jabones, en todos los productos para afeitarse, desodorantes, champús, geles de baño, lacas del pelo, colutorios bucales. 

Se usa también para esterilizar las tuberías de las máquinas para envasar productos alimenticios y como consecuencia, todos o casi todos los alimentos envasados lo contienen. 

También lo contienen los colorantes, aromatizantes y saborizantes artificiales.

Pero la legislación (nos referimos a la legislación norteamericana, según informa la Dra. Clark) no regula el contenido de disolventes en los alimentos y menos en los productos corporales.

La Dra. Clark, licenciada en fisiología y biología con mención honorífica por la Universidad de Saskatchewan, Canadá, licenciada en biofísica y fisiología celular por la Universidad de Minnesota, y doctorada en fisiología por la misma universidad, analizó infinidad de alimentos envasados, incluidos los que aquí llamamos «biológicos», y todos estaban contaminados con alcohol isopropílico, con benceno o con tetracloruro de carbono. 

Analizó champús, alcohol de desinfectar, enjuagues bucales, cosméticos, productos de afeitar, para el pelo, café instantáneo, descafeinado, suplementos vitamínicos, azúcar blanco, jugos de frutas, cereales para el desayuno, incluidos los «naturales» o «biológicos», aguas minerales, medicinas con o sin receta, y refrescos envasados. La autora en sus libros publica las fotografías de los productos contaminados, con las marcas bien a la vista, y todas son marcas muy conocidas en todo el mundo.

Dice también: ¡TIRE ESTOS PRODUCTOS A LA BASURA!

No se los regale a nadie, no perjudique a nadie.

Esto es el alcohol isopropílico, que también puede llamarse alcohol propílico, propanol, isopropanol, o alcohol de desinfección. 

 Evidentemente estamos hablando de lo que pasa en Estados Unidos, pero nosotros hemos visto con nuestros propios ojos en una droguería común y corriente alcohol de desinfección que, además de contener un marcador para que no fuera apto para uso de boca, indicaba la presencia de alcohol isopropílico. Como si esta fuente de intoxicación exógena no fuese suficiente, existe también la fuente endógena, es decir, producida en el interior del cuerpo. 

Existe una familia de bacterias llamada Clostridium, cuyas seis variedades colonizan el intestino y a veces también el esófago y el estómago. De esta manera, algunas especies de esta bacteria producen en su metabolismo el ya conocido disolvente propílico y, cuantas más áreas del intestino invaden, más disolvente produce. 

Todavía no se sabe con seguridad si otros productos químicos como la propamida, propacetamida, isopropil galato, propionato de calcio, y otros, que son compuestos isopropílicos, pueden ser transformados en el organismo en alcohol isopropílico. 

Existiendo esta duda es más seguro desecharlos. Para mayor seguridad es mejor no usar ningún producto que contenga la fracción «..prop…» dentro de la palabra de la lista de ingredientes. Estos productos químicos han sido añadidos en los procesos de elaboración y cuando se intenta eliminarlos nunca desaparecen completamente. 

La legislación norteamericana especifica las cantidades residuales máximas aceptables, y lo indica en p.p.m. (partes por millón). Esto significa que, si la ley permite por ejemplo 50 p.p.m. estará permitiendo aproximadamente una gota de contaminante por litro. Seguramente, una gota en un litro de líquido consumido una vez en la vida no acarreará ninguna consecuencia, pero si por algún motivo el hígado no logra destruir esta química, y día tras día continuamos ingiriendo química tóxica, finalmente los niveles en el hígado se volverán importantes y no podrán ser eliminados. 

La ventaja es que, si se evita radicalmente la contaminación de alcohol propílico, a los pocos días éste desaparecerá del cuerpo. 

Antes de seguir adelante con este tema, es necesario aclarar que, de acuerdo con las conclusiones alcanzadas por la Dra. Clark, el cáncer es una enfermedad que se puede dividir en tres partes:

 

·         la formación del tumor

·         la malignización

·         la metástasis, o sea la diseminación del mismo a otras partes u órganos del cuerpo.

 

Para explicar la primera fase hay que recurrir a diferentes hipótesis, pues ningún tipo de medicina de nuestros días está en condiciones de dar una explicación definitiva y contrastable experimentalmente. Veamos algunas teorías de manera simplificada. 

 

La medicina oficial 

La medicina alopática dice que «el cáncer es causado en todos, o casi todos, los casos por mutación de genes celulares que controlan el crecimiento y la mitosis de la célula. Los genes mutados se llaman oncogenes y es necesario que haya por lo menos dos o más oncogenes diferentes para que la célula se vuelva cancerígena». 

Sabemos que el cuerpo está formando continuamente millones de células nuevas para sustituir a las que cada día mueren. El sistema de reproducción celular es extremadamente preciso y especifico, sin embargo existen en el sistema unos genes llamados P.53 que se encargan, por así decirlo, del «control de calidad». Cada vez que aparece una célula defectuosa el P.53 activa sus «ayudantes» y esta célula es destruida. Si esto no sucede por los motivos que sea, las células tumorales se van reproduciendo y acumulando y se manifiesta el tumor.

Para esta medicina, la alopática,  existen tumores benignos y tumores malignos, o cánceres. Estos se pueden producir por varios factores externos, como: 

·         radiaciones ionizantes (Rx, gamma, UV radioactivas, etc.)

·         sustancias químicas carcinógenas (colorantes, conservantes, metales pesados, etc.)

·         irritantes físicos

·         virus y parásitos varios

·         tendencia hereditaria al cáncer. 

Aún con todo esto la medicina alopática no puede explicar claramente cuál es la causa primera del cáncer. 

 

La Medicina tradicional china 

Esta medicina milenaria dice que una célula normal se vuelve tumoral por «estancamiento de sangre», que provoca esta secuencia:

 

·         célula normal

·         célula hiperplásica

·         adenoma Fase 1

·         adenoma Fase II

·         carcinoma.

 

Tampoco en este caso encontramos una explicación fehaciente de las causas del cáncer. 

 

La teoría Clark 

La Dra. Clark pone mucho énfasis en el hecho de que tumor y cáncer son dos patologías distintas, de tal modo que el conjunto será eliminado en dos fases distintas:

1) eliminar la malignidad del tumor, y
2) reducir el tumor hasta que éste desaparezca completamente y el enfermo recupere la salud.
 

Parece ser, dice la Dra. Clark, que los genes que controlan las mutaciones de las células, por varios motivos pierden su efectividad, permitiendo de este modo que se produzca el caos de crecimiento y se genere un tumor. 

El tumor quedará como tal hasta que no se instalen en él el parásito y el contaminante químico que constituyen la causa elemental. Cuando esto suceda, el tumor se hará maligno, o sea cáncer, y en una fase sucesiva sobrevendrá la metástasis.

Como podemos apreciar, nadie está en condiciones de explicar la verdadera causa profunda del cáncer, pero la Dra. Clark nos ofrece un procedimiento que, en muchos casos, (según ella afirma en todos, incluso los terminales) hace curar o desaparecer el cáncer. 

Dice: «Dadme tres semanas y vuestro oncólogo anulará la operación para extirpar el cáncer».

Suponemos que si no fuese verdad sería una afirmación aventurada que podría acarrearle consecuencias graves. La explicación de todo el proceso para pasar de una célula sana a una cancerosa es bastante sencilla y complicada a la vez, porque intervienen gran cantidad de factores que deberán tenerse en cuenta en el momento de aplicar la terapia para la curación. 

 

Enfermedades parasitarias con relación al clima 

Algunas enfermedades parasitarias se deben al contacto directo de persona a persona (infecciones víricas de las vías respiratorias, viruela, peste neumónica y fiebre Q -producida por rickettsias-). Esta forma de transmisión no es rara para este tipo de enfermedades. La infección por oxiuros (enterobiasis), las enfermedades de transmisión sexual, la tuberculosis, etc., son un ejemplo de parasitosis transmitidas por contacto. Otras infecciones parasitarias llegan al hombre directamente con las excretas humanas (p.ej. amebiasis y giardiasis), mientras que otras llegan a través de los alimentos o del agua contaminada por heces, o precisan de huéspedes intermedios, vectores, o de un período de desarrollo en la tierra o el agua. Tanto la incidencia como la gravedad de las infecciones humanas están en proporción directa con el grado de higiene personal y colectiva, así como con la resistencia a los agentes patógenos a los cuales se expone el individuo.

No es sorprendente el hecho de que la mayoría de las enfermedades infecciosas sean particularmente comunes en climas cálidos y en el Oriente, lugares donde el hombre se esfuerza menos en desarrollar medidas sanitarias protectoras y es típica su menor resistencia a los órganos invasores. 

 

Introducción de las enfermedades parasitarias por las migraciones humanas 

Las migraciones de las poblaciones humanas han contribuido en gran parte al desarrollo de parásitos animales en nuevas regiones. Hay pruebas que indican que la fiebre amarilla, el dengue, el paludismo falcíparo, la infección por la tenia de los peces, la uncinariasis producida por el Necator americanus, la esquistosomiasis mansoni, la filariasis de Bancroft y otros tipo de filariasis y la dracunculosis fueron introducidas en el hemisferio occidental por los colonizadores blancos y sus esclavos traídos de África. Lo mismo sucedió con el tifus exantemático, la lepra, la viruela, el sarampión, la parotiditis epidémica, la sífilis, la frambesia, y probablemente la gripe. (Scott 1943, Marr, 1982).

Cuando el clima, los huéspedes intermedios necesarios, y las costumbres populares eran favorables, estas enfermedades se establecían en el nuevo ambiente. Por el contrario, es probable que la «nigua», (Tunga penetrans) fuese originalmente propia de las zonas cálidas del hemisferio occidental y haya sido llevada a África, donde actualmente es un parásito cutáneo que reviste características de mayor importancia que en su lugar de origen.

La enfermedad de Carrión, producida por Bartonella bacilliformis, y la infección con la mosca zumbadora Dermatobia hominis, existían ya probablemente en América antes del primer viaje de Colón.

Aunque la uncinaria Ancylostoma duodenale sólo existía en principio en la zona templada septentrional, y el Necator americanus en el cinturón tropical del hemisferio oriental, las migraciones de norte a sur y viceversa, en particular desde China y el norte de la India al Archipiélago Malayo, han hecho que se mezclen ambas especies de uncinarias tanto en las poblaciones indígenas como en las de los inmigrantes.

Además de las migraciones pacificas de los pueblos, las guerras y las conquistas han contribuido en gran medida a modificar la distribución geográfica y la epidemiología de las enfermedades de la especie humana. La viruela, el tifus, la peste y la sífilis han tenido efectos importantes sobre el desarrollo social y económico de las naciones.

Sin llegar a verdaderas migraciones de poblaciones enteras, no hemos de olvidar que la facilidad que tenemos hoy día para viajar a países lejanos, sin la preparación suficiente ni el suficiente sentido de responsabilidad (hacia los demás y hacia nosotros miSmos), ha hecho que no sea difícil encontrarse con una enfermedad tropical en cualquier pueblo del país, no digamos ya de las grandes ciudades. 

Antes de seguir adelante, hay que decir que la Dra. Clark ha desarrollado un aparato electrónico que ha llamado Syncrometer® y que sirve para detectar en el cuerpo la presencia de parásitos, virus, bacterias, hongos, productos químicos, marcadores tumorales, etc. Como ya hemos dicho, tampoco ella puede explicarnos con claridad el motivo del desarrollo de un cáncer, sin embargo, usando su Sincrómetro, ha analizado infinidad de tumores y ha observado que en todos se encuentra la presencia de unos factores comunes y la ausencia de otros. 

Para ella ha sido fácil deducir que si un órgano canceroso tiene factores extraños o antinaturales, será suficiente eliminarlos y el tumor desaparecerá. Pero veamos qué es lo que ha encontrado en los tumores analizados, en general, en los cuerpos enfermos de cáncer:

 

*      los Áscaris

*      el cobre

*      los hongos: la Aflatoxina B y la Patulina

*       las bacterias

*      el cobalto

*      el vanadio

*      el ácido malónico. 

(Continúa)