Antes que nada debemos analizar cómo fue antes, por qué llegamos a lo de ahora, y cómo zafar aunque sea con soluciones de compromiso.

A lo largo de millones de años, el hombre de manera instintiva o con conocimientos adquiridos basados en un protocolo sencillo, temerario y a veces mortal de "prueba y error" se alimentaba consumiendo más de 100 diferentes alimentos por año, mucho más que ahora, en un medio agresivo, incómodo pero casi libre de contaminantes.

La tecnología de los últimos 150 años, ha producido un salto demográfico descomunal, cambios en nuestros hábitos y con la lógica demanda de alimentos.

En los últimos docientos años hemos aumentado la población del planeta en más de seis veces.

Por supuesto que esto acarrea consecuencias.

Los conocimientos científicos no estaban preparados para semejante salto.

Al principio, la urgencia priorizaba las cantidades a producir de alimentos a las calidades de los mismos.

Luego, cuando se estratificó un sistema de conveniencias económicas, se siguió en la misma ruta.

El deterioro nutritivo de los alimentos del campo e industriales sumado a su contaminación conforman nuestros alimentos con los cuales pretendemos nutrirnos y estar sanos.

Constituyen la "oferta" de la cual se nutre la "demanda". Pertenecen al sistema moderno que entre todos hemos construido.

El proyecto propone tres niveles de protocolo, el tercero es el relacionado a la actitud permanente y pretende contestar tu cuestionamiento.

Resumiendo es lo siguiente:

Existen productos que debemos desterrar.

Sencillamente todos, absolutamente todos los nutricionistas coinciden en que nos provocan muy serios problemas el azúcar, el alcohol, el tabaco, las bebidas gaseosas, etc.

Existen otros productos que no están todos de acuerdo, como la carne; las pastas hechas de harina de trigo; la leche.

Yo me inclinaría a desterrar a la leche, porque me convencen sus detractores en cuanto a que a partir de los seis años dejamos de contar con una enzima que es la que actúa en el proceso de digestión, y por lo tanto produce una gran acidez con todas las enormes consecuencia de ello. Recordemos las palabras de Otto Warburg.

Me animaría a consumir algo de carne vacuna y pastas por separado y cuidando que la carne provenga de una crianza a campo, no feet lot. Tengo la esperanza que mi organismo elimine los venenos que seguramente consumiré con la carne.

Me quedan para consumir sin restricciones a las frutas, verduras, hortalizas, semillas, legumbres, pollos caseros, pescados:

(https://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080124232034AAivCXm)

El mundo artificial en el cual vivimos, nos obliga a recurrir a recursos como el consumo de semillas de alpiste, de chía, y otras.

Y cuidarnos de contaminantes que están en casi todos los productos industriales (espartamo, glutanato monosódico, etc). En el proyecto se incluirá una lista completa de ellos, con sus siglas engañosas para confundir al consumidor.

La dieta exacta es cuestión de cada uno, seleccionando lo que le resulte más apetitoso a partir de los conocimientos que consideren ciertos.

Saludos