Desparasitación y Descontaminación (IV)

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Eliminación de contaminantes químicos y metales pesados

Para un enfermo de cáncer o de otra enfermedad degenerativa, no es suficiente eliminar de su organismo los parásitos: una vez hecho esto, el cáncer ha desaparecido, la malignidad ha desaparecido, ya no habrá metástasis, pero todavía queda el tumor y éste desaparecerá sólo después de que el cuerpo haya sido limpiado por dentro y por fuera.

Cuando toda la parafernalia de productos y contaminantes químicos haya sido eliminada del cuerpo y del ambiente que lo rodea, la homeostasis recobrará su función y el tumor empezará a reducirse hasta desaparecer.

La homeostasis es esa fuerza secreta, podríamos llamarla milagrosa o mágica, que hace que todo organismo enfermo tienda a recobrar su estado normal de salud si se quitan drásticamente todas las barreras que se lo impiden.

Por esto, una vez eliminada la primera barrera, los parásitos y el alcohol isopropílico, iremos a por la segunda, o sea el resto de contaminantes químicos, metales pesados y otros que iremos estudiando.

La vida moderna está profundamente relacionada con, y penetrada de productos químicos, incluyendo todo lo «natural», lo «bio», lo «light». Todo, absolutamente todo. El ser humano, por codicia, es capaz de contaminarlo todo, y por pereza o ignorancia es incapaz de rechazar lo contaminado aunque su salud esté en peligro.

Contaminados están el aire, el agua (mares, ríos. aguas potables), la tierra, los alimentos, la ropa y el calzado, los muebles de casa, los vehículos, los productos de cuidado personal, todo. ¿Cómo podemos pues no sorprendemos de que la humanidad esté cada día más enferma? Todo este entorno de grave contaminación hace la tarea de recuperación (léase limpieza) de un enfermo bastante difícil, pues si quiere limpiar todo su entorno, deberá realizar un cambio de vida radical que incluya la alimentación, las costumbres y, a veces, hasta el ambiente de trabajo y la vivienda.

Casualmente el alcohol isopropílico en todas sus formas no es considerado oficialmente un cancerígeno.

Por esto todos los productos que lo contienen lo especifican en sus etiquetas. Aprovecharemos esta situación para desechar o rechazar (o tirar a la basura, si ya están en casa) todos los productos que contengan este disolvente o alguno de la misma familia: alcohol propílico, alcohol isopropílico, propano!, isopropanol. y todo producto desconocido que contenga «…prop. ..» en su nombre.

La Dra. Clark insiste: «NO LOS ACEPTE, SI YA LOS TIENE EN CASA, TÍRELOS A LA BASURA, no los regale, (no le haga daño a nadie), ni tampoco los guarde en casa. Más vale tirar a la basura unos pocos dólares que jugarse la vida de un enfermo».

Recuerde, dice, que el 100% de los enfermos de cáncer tienen ese disolvente en el cuerpo y en los órganos afectados. Las personas sanas no lo tienen. Muchos productos de cuidado personal contienen este disolvente: cosméticos, champús, espray del pelo. Espumas, lociones, productos para afeitarse, enjuagues bucales, desodorantes, alcohol de desinfección, etc. Estos productos contienen altas concentraciones del disolvente porque forma parte de la fórmula misma, pero lo encontramos también en los alimentos empaquetados, embotellados, enlatados.

Los alimentos están contaminados por disolventes a causa de los colorantes, aromatizantes y saborizantes artificiales. En los alimentos encontramos la llamada micro contaminación que además de los colorantes, aromatizantes y saborizantes proviene de los residuos de la esterilización de las máquinas procesadoras de los alimentos mismos. 

Así las cosas, los encontramos en los corn-flakes (cereales para el desayuno) las bebidas embotelladas (también en las de mayor venta en el mundo), el café, los descafeinados, el azúcar blanco, los suplementos vitamínicos, los extractos de hierbas, los zumos de frutas, la leche, el agua embotellada «pura de manantial»… y toda una larga lista. 

Prescinda de todos los productos contaminados, sustitúyalos por marcas limpias, o busque una alternativa casera. Si no lo hace, su cuerpo no podrá curarse, y si está sano, lo más probable es que en un tiempo más o menos breve, enferme. La única forma de saber si los productos están contaminados es probándolos con el Sincrómetro. Este aparato le dará la respuesta exacta, aprenda a usarlo. La analítica convencional a veces no los podrá detectar.

Para explicar claramente el proceso de la curación es necesario hacer un ejemplo, siguiendo los pasos de la Dra. Clark.
Supongamos que se trate de un enfermo de pulmón: esta persona empezó hace seis días un tratamiento que incluía:
 

- 1 frasco de Black walnut tincture extra strength,
- 1 frasco de Wormwood en cápsulas,
- 1 frasco de Clove en cápsulas,
- 1 frasco de L-ornitina en cápsulas,
- 1 frasco de L-cisteína en cápsulas,
- 1 Zapper (aparato electrónico para hacer comentes),
- 1 Ozonizador (para preparar aceite ozonizado).
 

En este momento, a los seis días del inicio, el cáncer ha desaparecido pues se han eliminado parásitos, huevos, fases (los únicos que pueden quedar, están escondidos en los cálculos hepáticos y/o biliares), se ha eliminado del entorno todo lo que pueda contener alcohol isopropílico. Los marcadores tumorales GCH y OFT han desaparecido.

Se trata ahora de hacer desaparecer el o los tumores antes de tener que pasar por quirófano, y así recuperar totalmente la salud. Aquí están los pasos que la Dra. Clark recomienda al enfermo para conseguirlo:

1)   Abandonar de manera decidida el uso del tabaco, directo e indirecto; alejarse de los lugares donde se fuma.

2)    No beber, ni usar para cocinar, ni para lavar la ropa, ni para bañarse, agua que haya pasado por tuberías de cobre. Si toda la casa tiene tuberías de cobre, cámbielas por tuberías de PVC, y mientras el lampista hace el trabajo váyase de vacaciones a un hotel nuevo que tenga tuberías de PVC Existe en los Estados Unidos, un sistema que consiste en soplar en las tuberías metálicas resinas epóxicas que solucionan muy bien el problema y además eliminan la corrosión y obviamente el contacto del agua con el metal. El no usar agua con cobre elimina un factor causante de tumores. El cobre se ha encontrado presente en todos los casos de cáncer, incluyendo la leucemia, menos en la enfermedad de Hodgkin. Elimine el cobre de todo su entorno: tuberías, joyería, utensilios de cocina, prótesis dentales, etc.

3)   Eliminar de la casa, (de la cocina, del cuarto de baño, del cuarto de trastos, del sótano), tirar o regalar, todo producto químico, incluyendo:

Ø  latas de pintura, quitapinturas, disolventes, cera para pisos, limpiadores de alfombras, de muebles y de vidrios, esmaltes para uñas, quitaesmaltes, limpiadores de baldosas, quitamanchas y óxidos, (todos los envases llenos, medio llenos y. vacíos), detergentes.

Ø  Todo, todo producto químico debe desaparecer. Lo único que puede quedar como producto de limpieza es vinagre  blanco destilado, bórax y polvo de hornear (levadura para repostería).

Ø   Elimine también todos los ambientadores y perfumes o lociones, colonias, jabones, espray, productos para el afeitado, todo lo que se puede oler.


4) Mande de vacaciones al perro o al gato, o los dos, a casa de un amigo y hágales seguir un tratamiento antiparasitario. Perros y gatos son portadores naturales de Áscaris, Toxoplasma, Toxocara, y algunos otros parásitos. Recordemos que los Áscaris pueden llegar fácilmente a los pulmones, y que el Toxoplasma produce en la mujer infertilidad, o incapacidad de llevar a cabo un embarazo, entre otras cosas.


5) Deshágase del secador del pelo y de la secadora de la ropa. Los dos desprenden amianto que va directamente a los pulmones. Las correas de transmisión de las secadoras de la ropa contienen amianto. No las use por ningún motivo. Analice la correa de su lavadora.


6) Haga examinar su casa para detectar infiltraciones de gas radón Si el análisis es positivo, haga sellar todas las cuarteaduras y grietas que pueda haber en el sótano, los pasos de tuberías de agua y desagüe y deje abiertas todo el año las aberturas de ventilación. Si nada de eso se puede hacer, cámbiese a una casa que no tenga infiltraciones de radón.


7) Elimine todas las posibles fuentes de formaldehido. Los paneles y los papeles que cubren sus paredes, las alfombras, menos las que se pueden lavar, los muebles acolchados, son fuente segura de formaldehido. También los colchones y las almohadas nuevos lo contienen. Cámbielos, no use ninguna prenda nueva sin antes haberla lavado. Si su habitación está sobre el garaje o frente a un parking, cámbiese de habitación.

Ø   Elimine toda posible fuente de arsénico.

Ø  Todos los pesticidas (también los perfumados, o sobre todo los perfumados), venenos para hormigas, cucarachas, ratones, pulgón de las plantas, contienen o pueden contener arsénico.

Ø  También la cola del papel de las paredes lo contiene.

Ø  Tire los productos y mande quitar el papel mientras usted está fuera todo el día y la casa se ventila.

Ø  Mande lavar las alfombras y asegúrese de que al terminar no les pongan ningún producto (aprestos, antipolillas, etc.).

Ø  No compre nada nuevo, ni coche, ni ropa, nada.


9) La fibra de vidrio hace en los pulmones un efecto parecido al del amianto. El cuerpo la reconoce como dañina y la envuelve formando quistes: la mayor parte de los tumores analizados contienen amianto o fibra de vidrio. Hágala eliminar de su casa, tanto si está en las paredes como si está en el calentador de agua, o en el aparato o los conductos del aire acondicionado, o en el horno. Sustitúyala con un producto inocuo.


10) Si tiene calefacción y/o cocina de gas, haga revisar las eventuales fugas, pues los hidrocarburos contienen vanadio. Lo mejor sería cambiar todo el sistema sustituyéndolo por un equipo eléctrico.

Y lo mejor de todo sería que se fuera de vacaciones a un lugar donde no tenga todos estos problemas.

De todos modos, todos estos cambios se pueden realizar en una semana y no requieren una inversión muy elevada. Pero, su vida ¿no merece acaso una inversión elevada?

Un paciente de la Dra. Clark dijo una vez: ¡mejor vivo y pobre, que rico bajo tierra! El enfermo que hemos tomado como ejemplo empezará a notar mejoría cuando se dé cuenta de que el número de veces que tose durante el día va disminuyendo hasta que su tos se reduzca a cero. Si esto no sucede, quiere decir que algo ha fallado y que hay que revisar el programa otra vez punto por punto.

La sanación de los demás cánceres seguirá un proceso parecido a éste, sólo que adoptando medidas específicas relativas al tipo de cáncer que se haya manifestado. Recordemos que habíamos dicho:

El cuerpo tiende de forma natural a recuperar la salud si se eliminan todas las barreras que le impiden estar sano.

A manera de resumen podemos decir

*                   Retire de su boca todo producto artificial

*                   Aleje de su cuerpo todo producto no natural

*                   Aparte de su dieta todo producto no natural

*                   Aleje de su casa todo producto no natural

*                   Aleje de su entorno todo producto no natural. 

De esta manera recuperará la salud. Pero veamos uno por uno estos cinco pasos, pues cada uno merece un estudio aparte. 

*      Retire de su boca todo producto artificial

Este párrafo está relacionado con la medicina dental y está dirigido tanto a los enfermos como a los dentistas, pero no a los dentistas convencionales que normalmente no están de acuerdo y/o no comprenden las soluciones que aquí expondremos, porque no se corresponden con lo que se les ha enseñado en la universidad, sino a los dentistas que han comprendido o toman en consideración la posibilidad de que sus prácticas médicas adoptadas hasta la fecha hayan sido erróneas o, cuando menos, no muy adecuadas, y están dispuestos a escuchar y aprender. 

*        Aleje de su cuerpo todo producto no natural

En esta parte del tratamiento la Dra. Clark ha tenido la asistencia técnica del Dr. Frank Jerome, médico dentista que ha estudiado a fondo los grandes problemas relacionados con la boca y para cada uno de ellos ha encontrado una solución natural.

En su libro Tooth Truth, o sea «La verdad sobre los dientes» este doctor, haciéndose portavoz también de muchos otros como él, pone en tela de juicio la práctica de la medicina dental en toda su extensión, explicando punto por punto todos sus errores, y ofreciendo alternativas saludables y libres de riesgos.

Considerando la importancia vital que tiene la boca en la cura del cáncer, la Dra. Clark dedica mucha atención a este tema. El libro Tooth Truth, aunque haya sido escrito para el público norteamericano, se puede y debe aplicar en cualquier parte del globo, pues los dentistas y la medicina dental son similares, cuando no iguales, en todo el mundo. Ofrecemos aquí una síntesis de los puntos más importantes e indispensables para su aplicación en el tratamiento contra el cáncer:

- Según estudios hechos en Estados Unidos, al 25% de los norteamericanos al morir no les queda ni un solo diente de los 32 que les dio originalmente la naturaleza.

Esta situación es fruto de 60-70 años de una estrecha colaboración paciente-dentista para ir destruyendo gradualmente una boca (el paciente, con los malos hábitos dietético-higiénicos, y el dentista con prácticas inadecuadas) que, si hubiese sido tratada correctamente, habría llegado al final del camino en condiciones mucho mejores.


- Además de las ocasiones concretas en que el médico dentista desconoce totalmente cuál es el trabajo que debería hacer en la boca, encontramos mucho más a menudo de lo que se podría esperar, decisiones dictadas no por la deontología médica, sino por los intereses personales del médico, apoyados por los intereses de los laboratorios.
 

- El mercurio, Hg, es un metal altamente tóxico, tanto en el organismo como fuera de él: no se entiende cómo agencias oficiales americanas como la ADA (American Dental Association) insistan, a pesar de las protestas y demostraciones científicas de estos hechos, en sostener que instalar mercurio en la boca del pueblo americano es una práctica correcta y beneficiosa para los receptores. Las leyes federales norteamericanas prohíben tirar los sobrantes de amalgamas y los empastes viejos sustituidos al basurero común, obligando al personal sanitario dental a tirar estos desechos en recipientes especiales para posteriormente tratarlos adecuadamente sin contaminar el entorno. Esto significa que no se debe contaminar el ambiente, pero el dentista puede contaminar la boca de sus pacientes. ¡Sin comentarios!

Por otra parte, opina el Dr. Jerome, es comprensible que la ADA promueva el uso de amalgama de mercurio en lugar del moderno «composite», pues la primera es mucho más fácil de instalar que el segundo. De esta manera se puede esconder fácilmente la ineptitud de varios miles de dentistas que, si son mediocres trabajando con amalgamas, menos aun podrían trabajar con el «composite».

Los empastes u obturaciones de amalgama de mercurio, que contienen mucho más que mercurio (50% de este metal, el resto metales varios todos altamente contaminantes), producen en el organismo los siguientes efectos:

Ø  Depresión

Ø  atacan el sistema nervioso, produciendo síntomas similares a la esclerosis múltiple

Ø   aunque todavía no plenamente demostrado, parece que participan activamente en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer

Ø  afectan directamente al corazón

Ø  producen vasoconstricción y => aumento de la tensión arterial

Ø  producen insuficiencia renal

Ø  inhiben el sistema inmunológico

Ø  facilitan abortos espontáneos

Ø  reducen la fertilidad masculina

Ø  son teratógenos, produciendo: paladar hendido, espina bífida, parálisis cerebral

Ø  favorecen el fortalecimiento de las bacterias que se vuelven resistentes a los antibióticos

Ø   junto con otros metales, producen en la boca corrientes galvánicas que destruyen los dientes y afectan a otros órganos.

Ø  atacan el cerebro produciendo síntomas como el de Alzheimer

En la boca podemos encontrar, además de obturaciones de amalgama, coronas de varios metales y cerámica, puentes, esqueléticos, ganchos, refuerzos, postes, etc. A veces, debajo de una corona de oro, se pueden encontrar obturaciones o restos de obturaciones de mercurio. Oro y mercurio juntos forman una buena pila que produce corrientes galvánicas, que rápidamente harán morir el diente y además introducirán mercurio y otros metales directamente en el torrente sanguíneo.

Bajo una corona, sea del material que sea, nunca debe quedar ni la más pequeña partícula de empaste metálico. Al desaparecer el metal de la boca se observan mejoras espectaculares en la salud de los enfermos.
Las obturaciones de amalgama, además de mercurio y plata, llevan en su aleación también níquel, un metal carcinógeno.

También las coronas contienen níquel en el 70% de los casos. Además del efecto antes mencionado, el níquel provoca una reacción de hipersensibilidad a ese metal, que se manifiesta en el 10% de hembras y 1% de varones y sus efectos son: depresión, cambios de personalidad, y problemas en el sistema urinario. Este metal debería ser eliminado de la práctica médica dental y también de los utensilios de cocina pues, de una forma o de otra, estos están introduciendo continuamente níquel en el organismo.

Además del daño causado en la boca y en el organismo por todo tipo de metales y prácticas médicas incorrectas, existe también la contaminación por bacterias que se alojan en los dientes tratados por el dentista, especialmente cuando hay coronas, postes o dientes «desvitalizados».

Las bacterias se alojan en los microtúbulos que constituyen la dentina, en los cuales pueden entrar los fluidos corporales que alimentan las bacterias y derramarse las toxinas que éstas producen, pero no pueden entrar los leucocitos que las destruirían, porque son de mayor tamaño.

Un diente desvitalizado puede contener una cantidad de bacterias suficiente para desafiar el sistema inmunitario.

Las toxinas, llamadas tio-éteres, son llevadas por el sistema inmunitario al hígado para ser eliminadas y este último se ve grandemente perjudicado. Estas toxinas pueden invadir al mismo tiempo riñones y nódulos linfáticos, áreas biológicamente debilitadas y áreas ya anteriormente inflamadas. De todos estos percances, ninguno será achacado al diente desvitalizado.

Es bien conocido el riesgo de morir que corren algunas personas por infección de las válvulas del corazón a consecuencia de las bacterias liberadas tras una limpieza de dientes.

El problema más grave de todos es que la medicina considera el cuerpo humano como una máquina, y no es capaz de considerarlo como un conjunto de órganos profundamente interdependientes: los problemas de la boca son derivados al dentista, los del intestino al enterólogo, los del corazón al cardiólogo, y así adelante: si un diente está mal, lo quitamos y plantamos otro; ¿el corazón va mal? No hay problema, un bypass o dos o tres lo arreglarán todo, y si no, un trasplante. Etc.

 

 

 

 

 

 

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